La importancia de un prefijo.


Llevaba varias semanas con el sueño alterado. No podía dormir y no encontraba un motivo razonable. Sara pensó en que la mantenía despierta. No existía ningún pensamiento fijo. Lo mismo pensaba en su trabajo, en su familia, que igual le venia una canción que se repetía una y otra vez en su cabeza. Pero ningún pensamiento era igual. Ni siquiera la enfermedad que le habían diagnosticado hacia poco. Eran muchos pensamientos pero, ninguno, en concreto. Pero no lograba conciliar el sueño.

El doctor, que había visto la mañana anterior, le receto somníferos. Muy suaves. Aquella noche había tomado uno y durmió. Se despertó y miro el reloj de la mesilla. Eran las tres de la madrugada. Apenas había dormido. Y volvieron todos, y ninguno en concreto, los pensamientos. Esta vez presto atención a cada uno de ellos. Esa mañana tenia sesión con la psicóloga y quería comentarle al menos un pensamiento que se repitiera. No tuvo éxito. Ni siquiera se repitió la canción. Era algo desesperante, pensó, al final como siempre acataría hablándole de la esclerosis. Y ella, estaba segura, no era eso lo que le martilleaba la mente.


Llego el día, se levanto y como todos los miércoles de final de mes acudió a la consulta de la psicóloga. Le gustaba hablar con ella. Le relajaba. Era una hora en que dejaba ir todo ser en las palabras. Le explico lo que le pasaba desde hacia algunas semanas. La psicóloga escucho el relato de Sara. Dejo que hablara sin interrumpirla. Cuando acabo su relato le pregunto:

-¿Por qué no comentastes nada en la ultima sesión?.-

- No le di importancia - contesto Sara - eran las primeras noches que no podía dormir y pensé que era por el cansancio.

- Bueno en tu caso es fácil de hacer que todo vuelva a la normalidad - dijo la psicóloga.- Eres joven y la enfermedad aun no se ha manifestado con toda su crudeza. Eso nos da una pequeña ventaja. Solo tienes que quitar el prefijo de la palabra PREOCUPACIÓN.

Sara se quedo perpleja. No entendía nada. La psicóloga le volvió a repetir:

- Quita el prefijo a la palabra PREOCUPACIÓN. Cuando lo hagas solo te quedara la palabra OCUPACIÓN. Es lo que debes hacer. OCUPARTE y no preocuparte.

Finalmente Sara lo entendió. Y eso es lo que hace ahora. Se ocupa, tiene un horario de actividades, hace las cosas que puede hacer (y se quedo sorprendida de lo mucho que aún podía hacer) y, cuando llega la noche, duerme. Esta tan cansada que no tiene tiempo para dedicárselo a ningún pensamiento.

  • Mientras escribo esto, estoy escuchando: My Sweet Lord (George Harrison)

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