El valor de la palabra.


Hoy un amigo, antes que compañero de trabajo, deja de escribir su blog. Los motivos, intimos, los conoce él. He leído su escrito de despedida que lleva el mismo titulo de este pensamiento. No iba a decirle cual era la dirección de mi blog pero quiero que lea esto que escribo hoy.

No veo muy bien, la EM me afecta al nervio óptico. Es el síntoma más evidente que tengo. Para escribir lo que unos lo hacen en apenas un suspiro, yo lo hago en media tarde. Pero su blog, me devolvió una brisa de esperanza cuando creía no tener ninguna. Sus personajes me ayudaron a leer, da igual con la dificultad que lo hiciera, donde antes no tenia ni miradas a un paisaje, ni mirada a una palabra escrita.

Se que, a él, lo veré y discutiré el porque de algunas cosas. Lo hemos hecho antes y, no veo el porque, no podemos hacerlo de nuevo. Pero los lunes era una religión, en un clic, acceder a su bloc y disfrutarlo. Él me mantuvo en contacto con un mundo que, en ocasiones, creía no merecía la pena. Y me refiero al mundo real, no a ningún otro.

La palabra tiene todo el valor que le queramos dar al leerla. Toda la buena o mala intención que queramos poner allá donde alguien puso, simple y llanamente, un pensamiento escrito. Somos nosotros quienes interpretamos lo que se escribe, pero es quien lo escribe quien realmente siente en su ser la palabra.

No creo, estoy convencido de ello, que nadie escribe desde la maldad. Nadie escribe una palabra sin el conocimiento de su ser. Y, por supuesto, el que interpreta las palabras es quien las lee. Nunca debería sacarlas de ese contexto de lectura.

Amigo Luis, hoy estoy rompiendo mi silencio. Echare de menos tus escritos. El pensamiento de hoy es para ti. Si alguien se ofendio por una palabra escrita, no pidas perdón. Deberia hacerlo quien nunca pronuncio una palabra tan sencilla como: Gracias.


  • Mientras escribo esto, estoy escuchando: La mala reputación (Paco Ibañez en el Olimpia,1969)

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