Un día lluvioso, gris, melancólico....




En fin un día de esos en los que, dicen, es mejor no levantarse. Y no es por el tiempo en sí mismo. Hoy tengo las manos más "torpes", me responden menos a lo que les intento dictar.

Pero en días como estos es cuando me acuerdo de la fuerza que le dio a mis manos mi tía María.

Fue un día como, gris y lluvioso. Tenia que ir a ver a mi tío para hablar de un asunto y, sinceramente, no tenía nada de ganas. Reconozco que, ese día, la depresión estaba ganando la partida. Me estaba quitando la esperanza.

Pero fui y mientras hablabámos, estaban con nosotros mi mujer y mi tía María.

No se muy bien por que, fue un acto instintivo pero, mientras hablaba con él, cogí la mano de mi tía.

En aquel momento, no se como explicarlo, noté que pasaba toda su fuerza hacia mi. Todo su calor, todo su vida, sus sueños. Era una sensación que nunca había sentido pero que, aún hoy, cuando tengo las manos "torpes", las cierro y aún la siento. Y no sé explicarlo, solo sentirla.

He de decir que, mi tía María, tiene Alzheimer y no sabe lo que es la EM. Pero su mano, su fuerza, siempre la sentiré conmigo.


  • Mientras escribo esto, estoy escuchando: Flowers of the Forest, Mike Oldfield (The Voyager)

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